quien se expuso, es sujeto preso
no tan sólo de pies y manos
si de las opiniones hizo hato
cuando los halagos no fueron hachazos
cuando no entendía retretas
y las adulaciones tomó ciertas
¿por qué no se batiría en retirada
cuando todas eran fiestas?
¡insulto cruel despiadado!
¡vejación infiel, desproporcionada!
¿pero no fueron errores otros
miles que no ha denunciado?
¿darse, ofendido, la media vuelta?
¿recular ante acometidas funestas?
¿por qué, ahora, te quejas?
sembraste la cizaña a espuertas
en el que calló, indiferente
ese que al viento gritara su silencio
cuando fue satisfactoria la prensa
descansa un ser libre, y sin cadenas
¿y si hubiese sido componenda?
él sabría por qué fingiera
disfrazarse de esfinge
sólo aprovecha a las piedras
la respuesta deja en pelotas
y pone en bandeja indefensa
las arrugas de la tierra delatan
las historias que no se cuentan
predicado que sobre el sujeto predica
y sujeto que sus oraciones amordaza
letanías viejas y pasadas
bien candadas, alejadas del alma
porque aunque el comentario retrate
sobretodo, a quien lo preste
si contra el que lo recibiera atentase
¿no haría también, de él, prenda y frase?
martes, 10 de agosto de 2010
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarFuera de tópicos, siempre he decidido alejarme de comentarios aduladores o vejatorios.
ResponderEliminarUna inclinación de cabeza y siempre una sonrisa me parece la forma más sencilla de pasar por encima de las crestas de olas impúdicas.
Un beso, In Tú, Itivo.