para alcanzar el sol del verano
requisito imprescindible y sano
surcar las nieves de enero
y de diciembre, su aliento congelado
ahogarse en los aguaceros
del húmedo abril mojado
y devolver la carcajada abierta
a la sonrisa incipiente de la prima vera
aquellos hermosos mayos
y los agostos agostados
entre septiembre y octubre
tantos colores de agrado
no serían los mismos
los amarillos, rojos y ocres pardos
sin el blanco inmaculado
sin el negro parco
quien sepa entenderlo
no comprenda la respuesta
de la duda recompuesta
siéntese y sienta
como se abre paso fangoso
el proyecto de alborozo
desde lo más profundo del lodo
en lo más hondo del lúgubre pozo
lunes, 23 de agosto de 2010
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Buen repaso, no quiero ni imaginar en lo que puedas estar pensando.
ResponderEliminarBesos.