tan preciosa como sencilla
lame la mar salada su orilla
ahí está la belleza niña
una de marea, dos de marejadillas
sube y baja, humeda y fría
media luna y sol, a una
una cara siempre oculta
las mismas llamas, son presuntas
va y viene, caprichosa
línea de olas resacosa
el horizonte atiende, suena inerte
mar adentro está la muerte
oleaje a mar de fondo
¿cómo dices? no te oigo
no respondo, en lo más hondo
estoy tranquila, hay rescoldo
un cuerpo inerte se hunde
diez compañeros huyen
aferrados al susurro profundo
en el silencio de otros mundos
y mientras, la espuma ruge
con su enormes y bravas fauces
arremolinadas en playas audaces
tres sirenas, arenosas, dulces
cantan sus cantos amargos
al son del tridente hiriente
neptuno y su tormenta impaciente
ha dictado sentencia, juez sin parte
mar salada, cálida herida
preciosa y silenciosa, mi chiquilla
bella es la calma chicha
para el cadáver que ya no grita
jueves, 19 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No dejes, mi soñador, que se ahogue tu linda chiquilla.
ResponderEliminarAún con la sentencia de Neptuno, deberías intentar rescatarla de la espuma caprichosa.
A veces...