con la agiliadad que aportan las prisas
y la crítica calada en sus huesos
diez metatarsos recorren
una exigencia mediocre
sobre las cuerdas tensas
por tensadas, casi deformes
un hilo apenas discorde
mantiene el invento concorde
tenía que ser mediocre
pero a eso él también responde
un violín se agita y rompe
de la jauría, de sentidos monocordes
reacciona el alarido
grito en el gélido ardido
abrasan las uvas de la ira
en la caja de resonancia frígida
retumban diez dedos huidizos
y recorren el universo inmenso
encerrados en el corral del esfuerzo
un foco que les hace inmensos
un cerco de luz intenso
en un auditorio en ruinas, ciego
quiero tener las respuestas
más sólo acontecen dudas
envidias sufridas
odio, por el rencor que siento
¿serían tantas las tropelías?
¿o fueron todas fingidas?
resuena una melodía arisca
desgarrada, allí en la esquina
un viejo uraño, desaliñado
genio humano, vagabundo urbano
quejas, harapos
afanes frustrados
el éxito del fracaso
silencios amargados
viernes, 5 de noviembre de 2010
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A veces basta un grito desgarrado para salir del pozo de la amargura. Sería bueno que además produciera eco y dejara los oídos desatascados.
ResponderEliminarAbrazos.