martes, 23 de noviembre de 2010

MilEones

la vida se entraga regalada
divertida, y sin inversiones
invierte las tornas el hombre
empeñado en comprar sus acciones

para venderlas, dobladas
y por la vida no hacer nada
de la reventa, beneficios pingües
de la postventa, ingresos bilingües

la vida no se prostituye
a pesar de prosenetas múltiples
no es tan puta la existencia
como inexistentes las putas libres

desmarcada de las posiciones
que, por naturaleza, son suposiciones
se ofrece continua y perpetua
divina, pizpireta e indiscreta

la vida ni quita ni pone
ni siquiera se recompone
descompone quien impone
impuestos sobre las imposiciones

en el fondo, anacoreta
aunque en apariencia parezca treta
¿tretas? ¿tramas incipientes?
pestañas de pega, viejas y maledicentes

la vida no es una dama coqueta
es, por natura, hermosa y cierta
y por espontanea, desconsiderada y cruda
a la vez, grande y menuda

quitémonos, pues, nosotros
esas legañas de los ojos
y de las gafas, todas esas patrañas
rechacemos comerciar con las entrañas

a cambio de miles de dones
y, por adelantado, diversiones
gratis, alegría y alegrones
y recursos de balde a montones

y de esta vida, mil millones
dicen que la eternidad se mide en eones
pero hacen falta cojones
para renunciar, a los madrugones

gracias por su atención regalada
mi muy míos, señores y damas
por haber derrochado su tiempo
conmigo... ¿a cambio de nada?

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