en noviembre se refugia el ermitaño
prepara en selencio la primavera
para su maquinaria de guerra
y la danza en la misma cueva
la verdad se muda de escarcha
y la nada vaga a sus anchas
el fin de este ciclo que acaba
el principio, que del siguiente será daga
al hielo aferra su filo
hiberna el sol de noche
el frío atenaza el derroche
el impulso en potencia, calla
atrapado en la rueda atascada
una vela le sirve esperanzas
la desesperanza por ella se apaga
un candil sutil, por las candilejas vagas
de la fortuna, de la suerte; del azar
hasta que el destino reanude su girar
hasta que mis ojos la vean rotar, quizás
seguro que no ha parado jamás
algun día, por sorpresa
volverá a desprenderse la piel
de la serpiente, otra vez
como ayer, y hace diez años, también
el mismo tiovivo, que reciclado parece infiel
otro salto al abismo del gusano marrón
el envoltorio que dejará en su caminar
la crisalidad que volverá a volar
interludio de contemplación interior
la meditación como mejor pastor
el misterio de una explosión
el silencio hace su función
nueves meses agazapado
un embarazo de mujer
mañana, naceré
por enésima, y no última, ocasión
miércoles, 17 de noviembre de 2010
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Suerte en este tu nuevo renacimiento.
ResponderEliminarBesos.