tres carceleros
vigilan los movimientos
mis pasos, y los vuestros
sus desplazamientos; y los nuestros
custodios de todos los emplazamientos
tras verjas de hierro; la reja perpetua
controlan el rendimiento
para que sea escaso el fundamento
tres carceleros intransigentes
de mirada contracta
y porras alegres
carcajadas de penas y penes
si me estoy quieto, no se inquieten
dueños de mis gobiernos, concretos
tres bloques de hielo, con dueño
convencidos de su poder cierto
tres carceleros muertos
un par más uno, de figuras de cera
obeliscos, montones de pedrisco
basiliscos furiosos, pobres ariscos
fieles divergentes, leales indigentes
necios convergentes, miradas regentes
se está derritiendo su recelo
porque su corazón no entiende el excedente celo
tres carceleros, presos del estanco
porque el reo atrapado, aun no vuela alto
no se dan cuenta, ya no comprenden
bajo su mansión inservible, de techo franco
sin dar un paso, desde este mi lodo
no están marcadas mis huellas sobre el asfalto celoso
el viento las había robado ha tiempo a la playa arenosa
para plasmarlas en las alas del paladar celado
tres prisioneros vedan mis pasos
mil amagos que aún suenan falsos
no dan puntada sin hilo, por tanto
estoy parando, siguen mirando pasmados
porque hace un frío del carajo
y este grajo vuela bajo
miércoles, 24 de noviembre de 2010
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