simple, cuan bofetada
el aplauso cobraste en su cara
¿por qué no mediste con tu vara
también, su historia acomplejada?
tornaste el halago, insulto
y envíaste al carajo el indulto
repitiendo errores de bulto
al niño no le excusa el adulto
de tu mano, le hiciste hermana
y su rostro se llevó la palma
cinco dedos impresos en el alma
del fuego de la ira, tu diana
aunque no fuera tuyo su dorso
cabalgas sobre patentes de corso
cambia ya de discurso
no se muestra, pegando, el torso
de tu responsabilidad, hazte cargo
y descarga de cargas su espalda
no es culpable su minifalda
de tanto resquemor amargo
contra la vejación, el esputo
no te hicieron mil sopapos, cauto
ni una oportunidad más al luto
ignorante, palurdo, puto
lunes, 12 de julio de 2010
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