miradas despreciadas
por el precio que costara
desprender del rigor recio
a unos ojos esquivos
que no pidieron perdón
miradas soberbias
el orgullo de la cuna
y la falsa modestia enhiesta
las ansias de mil peleas
en defensa del paredón
miradas que contrastan
con las pupilas vidriosas
que en el espejo del rocío
lloran, retiradas
su perpetua humillación
miradas furtivas
que no fueron sinceras
hasta que se miraron de frente
en el reflejo crudo
de su solitario corazón
jueves, 8 de julio de 2010
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