de la vida es el sentido
aprenderse a separar
de los otros
del qué dirán
de los seres queridos
y de los que odiando
te odiarán
comulgar
uno mismo
con la madre que me ha parido
con mi propia sombra
y dejarles marchar
¡dios mío!
cuánto perderé
¿por qué dios mio?
¿por qué a mí otra vez?
haciendo hicapié en lo mismo
condenado a no crecer
¿qué hay de lo que tú a él le dieras?
¿ya lo olvidaste...?
¿o no hubo nada, tal vez?
viernes, 2 de julio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Aprendices somos como bien dices.
ResponderEliminarGracias por acompañarme en este camino, en que el dolor, siempre presente, también nos recuerda lo que dimos,aunque es preferible mirar para quién tenemos al lado, permitirnos cometer errores, y aprender a Soltar. Maestro y alumno, a partes iguales, gracias. Ven, me apetece subir contigo a un árbol.