corren, despreocupados
doce niños entusiasmados
agarrados de las manos
cerrando ciclos dorados
eternos, infinitos, tantos
una docena de diablos angelicales
aliados aleatorios triangulados
del aliento en un cuadrado terco
un mundo atribulado
a la grave sobriedad, aferrado
por inercia, pactos pactados
atascados en la esfera contundente
millones de adultos ufanos
afanados en afanes variados
no se rinden los seres humanos
porque se creen unos marcianos
extranjeros, paisanos y extraterrestres
orgullosos, soberbios berracos
todos y cada uno, planos
revolviendo el mismo verso
al ritmo de un juego inocente
que sus dignas decencias pervierten
e invierte a los indecentes diligentes
necios seres impertinentes
aunque fuera grave la ofensa
en verdad es justo y necesario
que de un juego de niños dependan
pendencias serias y miserias
viernes, 30 de julio de 2010
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