entre tus esferas, canteras
el socavón que mi daga clava
preñado de alegrias tensas
muslos rosados
terciopelo mudo
sobre colinas mojadas
una vuelta al orbe, y otra presta
y la llaga prestada, dispuesta
a seguir recorriendo tierra mareada
humedades encarnadas
revientan en mi boca herida
mi piel con tu piel, otra piel sería
la espiral completa; una y tantas
degollado, degollada... asesinada
peladuras traviesas, atravesadas
desde el centro hasta la cubierta
la mondadura pizpireta
del melocotón maduro
el hueso
la semilla
y el fruto
entre tanto, la carne muerta
huye del seso, el sexo
y a la vuelta de la esquina
se repite
por enésima ocasión
el reencuentro, otro beso
sábado, 4 de septiembre de 2010
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Perder el seso por el sexo, empieza con un beso. La carne despierta y el juego se transforma en espiral que vibra en el silencio. Deseos... Un beso... de esos.
ResponderEliminarUn estilo muy propio el tuyo.
ResponderEliminarEso me gusta.
Un saludo
Hoy jugamos al sexo sin seso (perdido en la lucha).
ResponderEliminarEn esas lides es inevitable el reencuentro y nuevos besos.