por fin, el temido adios
mas no llores, por no ver el sol
más cerca queda, ¡por dios!
el reencuentro, en sí bemol
disfrazado para la ocasión
de hasta luego; no se despidió
abre los ojos
hay estrellas; ¡un millón!
a través de las lágrimas
un par de de eones o dos
mira, de la noche, en el cielo
su mensajero veloz
ahí arriba están, brillando para ti
muriendo, para entregarte su don
no lo rechaces
no cierres el corazón
brindan en el firmamento
te desean lo mejor
más allá de la escala en do menor
alcanzará la melodía
al sonar divina
a su hermana mayor
domingo, 26 de septiembre de 2010
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Se puede ir por el mundo con el corazón abierto de par en par?
ResponderEliminarSe corre el peligro de esos crueles adioses que dañan el corazón.
Un beso.