te cuento, porque lo pides
que mi vida debió ser hemosa
y que tuve en la palma de mis andanzas
momentos que pudieron haber sido
bien nutridas, panzas
hace tiempo de todo esto
cuando la adolescencia dejó atrás a la infancia
y cuando ésta, a la niñez dejó estanca
mi vida, hasta hace nada
debió de haber sido niña hermosa y franca
pero mis ojos miraban
a través del agua congelada
que ardía en la hoguera de la envidia
llenos de tierra y lodo
nublados por ventoleras de odio
la ira reprimida, de un crío mimoso
criado ciego y miedoso
por el pánico ancestro
había llegado para rellenar un hueco
hueco que, sin mí dentro, hacía eco
no vales nada, eres una inútil
sirve esclava sirvienta
haz y no pares
pon la mesa, haz la cama
la tuya, la mía, la nuestra
momentos que recuerdo horrorosos
que sólo en mis olvidos recuerdo
y cuando esto hago me impongo
recordar que he de olivarlos
y todo esto te lo cuento
sólo, porque olvido no encuentro
jueves, 31 de marzo de 2011
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Me siento feliz ante esa parte de vida hermosa.
ResponderEliminarAparece cierta inquietud en la ira reprimida, pero los recuerdos del pasado sólo son eso y si no acarician, mejor olvidarlos y si piensas que no hay olvido, sólo repara en las miles de noches a la luz de la luna... recuérdate contando estrellas o al sol de una primavera cuajada en promesas.
Recuerda los sueños y los roces de piel en esquinas de aromas dulces...
Hay momentos que duelen y es inevitable, pero dejarlos que marquen nuestro AHORA, para una mente clara y un corazón generoso como el tuyo, no es de recibo.
Un beso y gracias por permitir que te conozco una pizca, sin necesidad de cuestionarios.
Espero que mi tiempo me devuelva la capacidad de ser más asidua y no andar tan escasa como en estas últimas semanas.