parto lento, sabe a poco
poco encuentra, llanto y tanto
tanto menos, tanto... ¿y cuánto?
cuando grita, con sordina
suplica su aspirina
mas pedir le cuesta, pilla
por lo que suplica, miedica
triste y solo, y en remojo
en silencio, silencioso
amordazado, tan ruidoso
maquiavélico, medroso
maniqueo y celoso
en el extremo pomposo
hace pompas en su coco
de jabón, en puesto opuesto
del obseso, otro beso
celo, recelo
no piensa en el concejo
no ceja, piensa exequias
musitando descabellos, reza
tan amorosos, por odiosos
para no matar al loco
en vida, muriendo poco a poco
no cesa, queda cuerda
triste y solo, con su enojo
finge, borracho amoroso
para aplacar su ira arisca
la llamada de socorro, agita
llama, inflama, mas no clama
en sus letras, de palabras inconexas
alarido fino, un silbido
atrapado en su propio cepo, un felino
leonino, público su epitafio ladino
en el cartapacio, sello y callo
el anuncio del suicidio falso
cierto, en tanto, que, por tanto
avisos tantos, espera algo
fracasos varios, desesperado
por favor, háganme caso
se muere, si no me mato
sábado, 2 de octubre de 2010
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Todos necesitamos que nos escuchen y sentirnos amados. Y chillamos intentando aplacar iras y lloramos buscando una caricia.
ResponderEliminarQue un suicidio tenga sentido, ya es imposible.
ResponderEliminarAdornado con tus sorna dejemoslo en difícil.
Besos.