sígue entonces mi pista
el suspiro de un aliento
el alimento que te ofrezco
pulgarcito, un hombre enano
casi, apenas, niño a ratos
marcó su camino sembrando garbanzos
ven detrás
y ve recogiéndolos uno a uno
no te dejes ninguno
todos ellos
yo te espero
ya no regreso
no era para mi vuelta el rastro
señora, dama
mujer hecha y derecha
aquí estoy sentado
encendiendo el fuego
en el hogar de leña
con la olla presta
para cocinar a medias
el aroma que embriague el gesto
serás mujer si te arriesgas
viernes, 21 de mayo de 2010
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Qué grande te leo; cuando nos regalas estas
ResponderEliminarperlas-de-azúcar. Como hoy, como ayer, como tantas otras veces... (Dan).
Dejando a un lado el tono corrosivo.
Discúlpame, tenía que decirtelo.
Beso.