la amargura que
por no empalagar, cura
y el pastel que al final del tacto
destila el leve regusto a rancio
el trago de un coño agrio que
poco a poco, el sentido ciega
y que al paladar exquisito enreda
la nausea inicial se torna miel
¿por qué será que
el sabor que sabe tan bien
se acerque más
al del merengue que al de la hiel?
lunes, 24 de mayo de 2010
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