recobra a la niña ingenua
la mujer hecha y derecha
y la melena compuesta
se recoge en coletas traviesas
recorriendo las calles del pueblo
abandonado por aquellos destellos
pierden ritmo las apariencias
se diluyen las formas
¿ruido? ¿aceleraciones? ¿atascos?
¿aires de grandezas y añoranzas?
ahora solo el aroma
de lo que se había sacrificado importa
recuedos
¿qué será cierto
de lo que el orgullo recupere
de aquella memoria soberbia?
aunque sospeches
que el olvido mezquino
de nuevo te mienta
sigue saboreando lo genuino
el sabor de la derrota
sábado, 26 de junio de 2010
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