coloquio consigo mismo
no es monólogo porque lo sigo
éste no requiere aplauso
al final, la propuesta presta
mías, una y mil respuestas
hay quien ¿demasiados tal vez?
incapaces de reflexionar
se obsesionan por quién
¿quién me escuchará tal vez?
hablar por hablar, sin escuchar
dianas de perodatas vacuas
flechas de obsesiones romas
conversaciones a dos bandas
yo te miro y tu disparas
y mientras preparo mi daga
en mitad de camino
cruzadas, ninguna
de la otra nota su silbido
el monólogo no es soliloquio
exijo que reflexionen
sin parangón, y aun exquisitos
dos no generan coloquio
¿de conversación el ejemplo mejor?
dos jugadores de ping pong
jueves, 15 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
De la misma lectura, cada lector, una interpretación... Si a esto le añadimos el sin-tiempo para la reflexión..., nos queda...
ResponderEliminarEL SILENCIO ¿?.
Beso.
Quise decir, para una profunda reflexión,(por supuesto).
ResponderEliminar¡Ay, las prisas! que para nada son buenas...