el olvido, y su opuesto
gestores remilgados
de los instantes derrochados
¡quién recuerde pierde!
consecuencias funerarias
agoreros de sus vaticinios
que, paradoja curiosa
dianas, arcos, desatinos
igualan intentos y errores
y no lo intentan, cagones
en sus listas, a montones
detalles, yerros, ¿tachones?
¡qué poca memoria, Dios Santo!
si no te olvidaras de tanto
te olvidarías más a menudo
de tantas preocupaciones vanas
lunes, 12 de abril de 2010
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