al mundo entero
las apariencias ponen trabas
una porción exigua, escasa
-según el corte de la tarta-
observa el observador atento
y el globo le explota en la cara
analiza, un sujeto castrado
sus objetos preñados de taras
cada cosa porta su falta
un eunuco no engendra bastardos
pero interpreta un duende perverso
¿es mi hijo legítimo, prestado?
trabaja así un perezoso
forzado por el amo avieso
currante a destajo, complejo
congelado por el paso del tiempo
fotografia atrapada en el reloj
los ojos abiertos no advierten
mira más allá el invidente
toca lo que de la pupila disiente
aquella estrella que rutila
silencio, calla; una sombra
asombroso; sin par, obnubila
antes que mentirosos, cojos
comprender al corazón, ¡què trauma!
misión inútil e insulsa
la razón, una puta casquivana
al mejor postor, fue rendida
y en la penumbra purgan sus culpas
porque quien reacciona no responde
las dos, cada cual en su rincón
pecadores al paredón
el universo y su dios
nosotros y cada uno, ¿somos dos?
más que un conjunto de partes
un todo difuso, mi Señor
lunes, 25 de enero de 2010
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