amo de tu tiempo
si derrochado, escaso
en manos de la saeta certera
de tantos relojes traviesos
amarrados a las muñecas
de señoritingos remilgados
compuestos bien dispuestos
¿descompuestos?, por supuesto
a espensas de tu desidia
hay quien medra, y tú menguas
aprende a decir que no
serás tú, Dueño y Señor
lunes, 29 de marzo de 2010
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