me enseñas, no necesito callar
y escucho, y río, y lloro, sin más
aprendo a que aprendas, ya ves
hablo, y hablas tú, también
sin dejar de decir,
nos decimos ambos a contrapie
alas incipientes de papel
no vuelan alto, aún no saben por qué
las tuyas fuertes, sacrificio infiel
te precipitas libre en mi cárcel de cristal
desde aquí me gustaría, si pudiera ser
impulsar tu vuelo, mucho más allá
el lago en el que me quiero bañar
tranquilo, calmo, relajado
eres remanso de paz
me haces soñar...
y ejecutas mi realidad
miércoles, 10 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Amas.
ResponderEliminarBella y sencilla, tu manera de expresarlo.
Felicidades.
.
ResponderEliminarY a partir de un punto, y en torno a él, crece el Universo...
ResponderEliminar